Son alegres, sencillos, muy hospitalarios. Siempre te puedes sentir acompañada, porque otra cosa no, pero se paran a charlar contigo si te los encuentras, te invitan a tomar té en cuanto hay ocasión, te saludan cuando vas andando o corriendo. Hoy he salido a correr y me he cruzado en vez de con gatos y perros con antílopes y jirafas, curioso… ¿no?. Pero también hay momentos, en que te encuentras sola porque tienes que tirar del carro tú y tienes que adaptarte a su forma de hacerlo porque si no puedes acabar muy estresada (estrés en África ¡parecería imposible!).
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