martes, 1 de marzo de 2011

¡GRACIAS AMAYA POR LO QUE NOS HAS HECHO DESCUBRIR!

PROYECTO KENIA on PhotoPeach

28 DE FEBRERO. ULTIMA ENTRADA DESDE KENIA


Los viajes se endulzan con el recuerdo, qué duda cabe. Uno se olvida de lo malo y se queda con lo bueno.
Estos últimos días han sido de tantas despedidas, emociones que ahora mismo que me siento en el avión, estoy agotada.
Me voy, vuelvo a abrir una rendija al mundo del que vengo. Un mundo de niños rubios, limpios, ropa planchada y lavada a diario, de comida fresca o enlatada, con todas las actividades que deseen. Un mundo feliz. Con todos los ingredientes para ello. Escuelas, coches, columpios, bicicletas, juguetes, ordenadores.
Veo a las azafatas, maquilladas, de punta en blanco y se me vienen a la cabeza muchas imágenes. Los mercados, llenos de bullicio, las mujeres sentadas detrás de los tomates, cebollas y sukuma, esperando a vender. Con los niños en la espalda, llevando agua y leña. Me rodean todos los niños que he conocido, que me acariciaban, que me sonreían. He visto sonrisas de las que no se repiten.
Y ahora que vuelvo. Que puedo tomar el agua del grifo, que puedo darme una ducha, que puedo utilizar internet sin que se me corte.
Ahora que estoy cerca de casa, me doy cuenta de que se me ha olvidado en aquellas tierras rojas, en aquellas pieles color ébano, un enorme saco de ternura.

domingo, 27 de febrero de 2011

26 DE FEBRERO

Hoy he empezado un libro sobre África que me compré en el verano. El autor vino a África como profesor la primera vez y luego como periodista. Con muchas de las cosas que cuenta estoy de acuerdo, me han hecho pensar en la experiencia vivida aquí. He pensado que ¿por qué no? Compartir mis reflexiones con vosotros.
Antes de venir aquí, la imagen que uno tiene de África es de pobreza, enfermedades, guerra....
Cuando uno llega aquí, el miedo a lo que uno se va encontrar desaparece. Lo primero que te sorprende es la bienvenida que dan a los visitantes, como se les cuida. La mayoría de los africanos. Y aquí hago un pequeño paréntesis. Normalmente de África y los africanos se habla como si fueran uniformes. ¿Quién se atrevería a hacer generalizaciones sobre Asia si se basara en Bangladesh?¿O de Europa si nos basáramos en Grecia? Lo que quiero decir con esto es que nunca las generalizaciones fueron buenas. Las creencias, las culturas, los sistemas sociales de África son tan diversos como sus gentes y tan dispares como sus climas. Tiene más de 2000 lenguas y culturas y a pesar del hecho  de que compartimos una sola mujer africana como la madre de la raza humana, hay más diversidad genética en África que en el resto de la raza humana.
Como decía, la mayoría de los africanos son muy sociables, amables y educados. Se paran, se saludan, se abrazan, se dan la mano, se preguntan cómo están. Estas cosas son tan naturales aquí como la música.
Aquí uno se da cuenta que lo esencial para vivir, la luz, la tierra, el agua, la comida, el nacimiento, la familia, el amor, la enfermedad, la muerte son más intensos, más palpables. Y también que en nuestro mundo rico y nuestras estresantes vidas, hemos perdido alguno de los valores humanos que todavía existen aquí.
Cuando pregunté a Duncan que a qué era lo que más le había costado adaptarse era a  qué la gente no se saluda, no se para, no charla.
Pero no es esa la imagen que nos han vendido de África, durante mucho tiempo hemos visto  la de un niño hambriento o un hombre con un arma ,violencia, hambrunas, enfermedades. Que también lo hay, por supuesto. Pero es curioso cómo cuando vemos la imagen de tropas invasoras en Indonesia no pensamos que toda Asia está en guerra o cuando vemos las inundaciones en Nueva Orleans no pensamos que toda América está debajo del agua. Pero en África parece que la historia de Darfur, Ruanda o el Congo es la historia de África.
Pero millones de africanos nunca han sabido de hambre o guerras y llevan vidas pacíficas. Pero eso no es noticia, no vende periódicos. Pero otras cosas pasan en África.
Los africanos no necesitan que se sienta pena por ellos, sino entendimiento. Se les puede dar elementos para que lleven a cabo el cambio, ayudar pero no desde la compasión. He conocido a gente siguiendo con su vida, salvando situaciones, en unas condiciones que  muchos de nosotros no sé si soportaríamos. Y aún tienen esperanza.

miércoles, 23 de febrero de 2011

23 DE FEBRERO

Hoy POR FIN he conseguido que los niños entren en el cole. Vamos que podemos decir que hoy queda oficialmente inagurada la escuela. Estaban muy contentos. Los hemos dividido en dos grupos porque hay niños muy mayores. Unos estarán en la clase grande y otros, los más pequeños, en uno de los espacios que había para el almacén. Les he llevado todos los materiales: mesas, sillas, libros, lápices...los profes estaban encantados, yo creo que nunca han trabajado con libros. Hoy la imagen del día ha sido la cara de felicidad de una niña enseñándome unos zapatos( de segunda mano) que le habían dado. Los españoles trajeron unas maletas llenas de ellos. Estaba contentísima con esos zapatos. Esos son los que nosotros no queremos.

21 DE FEBRERO

Hoy he conocido el proyecto de Lola, un proyecto muy bonito. Ella vino a Lamu la primera vez de turismo y en el avión de vuelta, ella, junto con una amiga empezaron a pensar que podían hacer por las mujeres y niños.
Así que dicho y hecho, han montado una pequeña ONG que se llama Afrikable. Tienen a 15 mujeres y los niños.
Las mujeres cosen, hacen todo tipo de productos: bolsos, pulseras, toallas. Han montado dos escuelitas para los niños. Escuelas de pre-unit, como la que hemos construido. Este año me ha dicho que han mandado 17 niños a la primaria. En la casa dan de comer a los niños y las mujeres. Han empezado también con un programa de voluntarios.
Es admirable. Da gusto conocer a gente tan comprometida y con tanta fuerza. Gente que te llena de optimismo.
Me ha dado por reflexionar mientras esperaba el avión de vuelta ( porque como no, venía con retraso). Me ha hecho ver como en la vida no hay un sólo, único y mejor camino, sino muchos, muy diferentes, lo importante es vivir y disfrutar con lo que haces. Porque la vida es un cambio continuo, para lo bueno y lo malo. Quizá aquello que en un momento determinado puede parecer un imposible, algo muy difícil, un drama. Con el tiempo deja de serlo. Y al contrario. Conclusión: CARPE DIEM.

18 DE FEBRERO

Este último fin de semana (porque el que viene serán despedidas) me he venido a Lamu. Lamu es una isla en el océano Índico que tiene un aire especial. Aquí parece haberse detenido el tiempo. Akuna Matata.
Sólo hay un coche en toda la isla, y por supuesto no hay carreteras, cosa que me ha encantado. Pero eso si hay muchos burros. En vez de carreras de caballos celebran carreras de burros, por poquito me lo he perdido porque empiezan el martes y me voy el lunes. No es que yo tenga especial interés en verlas pero el de la guest house tenía tanta ilusión en que las viera que me ha dado pena.
La vida aquí sigue siendo difícil, aunque hay casas impresionantes en Sheila beach, una playa que está a 45 minutos andando de Lamu, la pobreza es extrema.
La gente se intenta ganar el pan como puede. Con la pesca, o el turismo, vendiendo refrescos o arreglando sandalias, cocinando mandazi o vendiendo samosas en la playa, pintando con hena o dando clases de cocina suajili.
Vida muy sencilla. Jambo. Bienvenidos. Gente muy amable.
Lamu town es como cualquier medina en Marruecos (y me imagino que como en cualquier país musulmán, pero Marruecos es lo que conozco). Hay una mezcla curiosa de lo africano y lo musulmán. Sentada en la plaza escuchaba música africana de fondo pero mis ojos no dejaban de ver pasar mujeres con bui bui y ninja y a hombres con kanzu. Es la cultura suajili. No te aburres, es imposible, porque cada lugar al que miras tienes una escena que te llama la atención por lo diferente. Sería imposible describirlas todas.
Que tendrán las islas que tienen ese sabor especial, ese ritmo. Pasa con todas, cada una a su manera. Y los que venimos de fuera tardamos poco en adaptarnos.

miércoles, 16 de febrero de 2011

16 DE FEBRERO

Hoy he ido a ver el cole. A pesar de mi desconfianza, si lo habían pintado.
Los niños como siempre: mzungu, mzungu! Te cogen de la mano, quieren tocarlo todo, las pulseras que lleves, el pelo, las gafas. He estado hablando con los profesores. Aquello es un popurrí, desde los 4 años hasta los 11. Para los mayores me han dicho que necesitan libros, porque ya se saben los animales, las letras y los números de memoria. Les dividiremos en dos grupos. Vamos que será como la antigua escuela del pueblo en la que había un maestro y niños de todas las edades.
Para llegar a él todo un reto, porque anoche llovió y había un barrizal….hemos visto a un autobús que venía con niños de la escuela que se había quedado atrapado en el barro. A los niños les ha tocado andar dos horitas.
La semana que viene compraré el material e intentaré que empiece el cole.